sábado, 8 de abril de 2017
viernes, 7 de abril de 2017
Gestión Educativa institucional para la obtención de la Urea
Gestión
Educativa Institucional en la obtención de la urea
La gestión
en el campo educativo se ha clasificado, para su estudio, en tres categorías de
acuerdo con el ámbito de su quehacer y con los niveles de concreción en el
sistema: institucional, escolar y pedagógica, las cuales se representan en el
gráfico siguiente:
Gestión Educativa Institucional
Ésta se
enfoca en la manera en que cada organización traduce lo establecido en las
políticas; se refiere a los subsistemas y a la forma en que agregan al contexto
general sus particularidades. En el campo educativo, establece las líneas de
acción de cada una de las instancias administrativas.
En general, la gestión de las instituciones educativas comprende
acciones de orden administrativo, gerencial, de política de personal,
económico-presupuestales
de planificación, de programación, de regulación y de
orientación, entre otras. En este orden de ideas, la gestión institucional es
un proceso que ayuda a una buena conducción de los proyectos y del conjunto de
acciones relacionadas entre sí, que emprenden las administraciones para
promover y posibilitar la consecución de la intencionalidad pedagógica en, con
y para la acción educativa.
Dicha acción educativa se vincula con las formas de gobierno y
de dirección, con el resguardo y la puesta en práctica de mecanismos para
lograr los objetivos planteados en el sector educativo hacia la calidad.
Gestión Escolar.
La gestión escolar
ha sido objeto
de diversas conceptualizaciones que
buscan reconocer la complejidad y la multiplicidad de asuntos que la
constituyen. Así, des- de una perspectiva amplia del conjunto de procesos y de
fenómenos que suceden al interior de la escuela (sep, 2001), se
entiende por gestión escolar.
De acuerdo con Loera (2003), se entiende por gestión escolar el
conjunto de la- bores realizadas por los actores de la comunidad educativa
(director, maestros, per- sonal de apoyo, padres de familia y alumnos),
vinculadas con la tarea fundamental que le ha sido asignada a la escuela: generar
las condiciones, los ambientes y procesos necesarios para que los estudiantes
aprendan conforme a los fines, objetivos y propósitos de la educación básica.
Tapia (2003-1) señala: convertir a la escuela en una
organización centrada en lo pedagógico, abierta al aprendizaje y a la
innovación; que abandone certidumbres y propicie acciones para atender lo
complejo, lo específico y lo diverso; que sustituya las prácticas que no le
permiten crecer, que busque el asesoramiento y la orientación profesionalizantes,
que dedique esfuerzos colectivos en actividades enriquecedoras, que concentre
la energía de toda comunidad educativa en un plan integral hacia su
transformación sistémica, con una visión de conjunto y factible.
Gestión Pedagógica.
Es en este nivel donde se concreta la gestión educativa en su
conjunto, y está relacionada con las formas en que el docente realiza los
procesos de enseñanza, cómo asume el currículo y lo traduce en una planeación
didáctica, cómo lo evalúa y, además, la manera de interactuar con sus alumnos y
con los padres de familia para garantizar el aprendizaje de los primeros.
Por ejemplo para el proceso de obtención de la urea a partir de
la orina para la cual precisamos los siguientes instrumentos, capsula de
porcelana, equipo de destilación, para filtrar al vacio kitasato, vasos
precipitados, cristalizador. 1 litro de orina, ½ litro de alcohol ordinario de
96 ° (etanol), acido nítrico concentrado, carbonato de bario y carbón
decolorante. Comensamos a evaporar 1 litro de orina en capsula de porcelana a
baño maria hasta consistencia de jarabe. Cesdamos en la evaporación y añadimos
250ml de alcohol. Hegemonizamos, dejamos reposar decantamos el liquido
sobrenadante.
Rodríguez (2009) menciona que para Batista la gestión pedagógica
es el quehacer coordinado de acciones y de recursos para potenciar el proceso
pedagógico y didáctico que realizan los profesores en colectivo, para
direccionar su práctica al cumplimiento de los propósitos educativos. Entonces,
la práctica docente se convierte en una gestión para el aprendizaje.
Gestión Educativa estratégica
La noción que subyace a la gestión estratégica constituye el
hilo conductor del pro- ceso de formación y desarrollo de competencias en
educación. Se parte de la certeza de que la gestión estratégica es una
competencia en sí misma y al mismo tiempo una metacompetencia porque involucra
a varias en su aplicación.
Las principales
características de la gestión educativa estratégica son:
a) Centralidad
en lo pedagógico. Parte
de la idea de que las escuelas son la unidad clave de organización de los
sistemas educativos consiste en la gene- ración de aprendizajes para todos los
alumnos.
b) Reconfiguración, nuevas competencias y
profesionalización. Supone la necesidad de que los
diversos actores educativos posean los elementos in- dispensables para la
comprensión de nuevos procesos, de las oportunidades y de las soluciones a la
diversidad de situaciones.
c) Trabajo en equipo. Que proporcione a la institución escolar una visión
compartida acerca de hacia dónde se quiere ir y cuáles son las concepciones y
los principios educativos que se pretenden promover. También tiene que ver con
los procesos que faciliten la comprensión, la planificación, la acción y la
reflexión conjunta acerca de qué se quiere hacer y cómo, que para ser efectivos
deben desarrollarse de manera colegiada.
d)
Apertura al aprendizaje y a la innovación. Ésta se basa en la capacidad de los docentes de encontrar
e implementar nuevas ideas para el logro de sus objetivos educacionales; así
como para romper inercias y barreras, fa- voreciendo la definición de metas y
priorizando la transformación integral. Las organizaciones abiertas al
aprendizaje son capaces de encarar y resolver sistemáticamente situaciones
adversas, generar nuevas
aproximaciones, aprender de la propia experiencia y de la de otros, y originar
conocimiento y trasladarlo a sus prácticas
e)
Asesoramiento y orientación para la profesionalización. Consiste en que existan espacios de reflexión para la
formación permanente, para “pen- sar el pensamiento”, repensar la acción,
ampliar el poder epistémico y la voz de los docentes; se trata de habilitar
circuitos para identificar áreas de oportunidad y para generar redes de
intercambio de experiencias en un plan de desarrollo profesional.
f)
Culturas organizacionales cohesionadas
por una visión
de futuro.
Sugiere plantear escenarios múltiples ante situaciones diversas,
a partir de objetivos claros y consensos de altura para arribar a estadios
superiores como institución; donde los actores promuevan una organización
inteligente, rica en propuestas y creatividad que estimulen la participación,
la responsabilidad y el compromiso compartido.
g) Intervención sistémica y estratégica. Supone visualizar la situación edu- cativa, elaborar la
estrategia y articular acciones para lograr los objetivos y las metas que se
planteen; hacer de la planificación una herramienta de autorregulación y
gobierno, para potenciar
las capacidades de
todos para una intervención con sentido.
BIBLIOGRAFIA
Loera, A. (2007). Caja de
herramientas para colectivos escolares. Buenas escuelas públicas mexicanas.
México: sep
Tapia, G. (2003-2). Un
plan para la mejora de la gestión de la escuela.
Rodríguez, R. (1994). La
sistémica, los sistemas blandos y los sistemas de información. Lima:
Universidad del Pacífico.
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